Qué es la sarcopenia y cómo podemos evitarla
Algo que a todos nos preocupa es el envejecimiento, el llegar a una edad en la que ya no podamos realizar las actividades cotidianas y placenteras de manera natural.
La sarcopenia, es la pérdida de masa muscular que se relaciona con la edad, deteriora la calidad y la esperanza de vida de las personas. El músculo esquelético no solo es el responsable de la actividad física, sino que también ayuda al metabolismo, la circulación y la cognición.
La inactividad física es uno de estos factores, bien por un estilo de vida sedentario o bien por una inactividad física “forzada” debido a una enfermedad, discapacidad o incluso a una hospitalización.
El músculo esquelético actúa como órgano endocrino que secreta mioquinas y factores de transcripción al torrente sanguíneo, lo que regula la función de otros órganos. También tiene propiedades que regulan el sistema inmunológico.
Además, se cree que la pérdida de masa muscular es una de las causas más comunes de la resistencia a la insulina en los adultos de edad avanzada. La pérdida de la fuerza muscular y la falta actividad física también incrementan el riesgo de disfunción metabólica
La proteína es un factor determinante en el desarrollo de masa muscular. Como mínimo, debe consumir 1.2 gramos por kilogramo de peso corporal (0.54 gramos/libra) al día. Mientras que los deportistas y las personas de edad avanzada podrían requerir una dosis mayor de alrededor de 1.6 gramos/kilogramo (0.71 gramos/libra) al día.
El entrenamiento de resistencia y fuerza, ayuda no sólo a retrasar el proceso de envejecimiento, sino también para mejorar la salud metabólica. Sabemos que esto es un aspecto de salud muy importante porque los estudios demuestran que más del 75 % de las personas mayores de 65 años no hacen la cantidad suficiente de ejercicio que necesitan para mantenerse sanas.
Se necesita practicar algún tipo de entrenamiento de resistencia para contrarrestar los efectos negativos de la degeneración y la falta de actividad física que se relacionan con la edad. Si tiene tiempo, puede hacer ejercicios de cardio, pero solo para complementar su rutina, que debe enfocarse en desarrollar masa muscular. Esto en gran parte se debe a que el envejecimiento acelera la pérdida de masa muscular.
La sarcopenia y sus terribles efectos en la salud
Se estima que hasta el 25 % de las personas de 60 años en adelante tienen sarcopenia, mientras que casi dos tercios de las personas de 80 años o más ya perdieron gran parte de su masa muscular, lo que no solo deteriora su calidad y esperanza de vida, sino que también pone en riesgo su independencia. La sarcopenia provoca muchas limitaciones funcionales, tales como la dificultad para caminar, cargar cosas y subir escaleras. Algunas de las consecuencias de este deterioro funcional incluyen caídas, discapacidad, ingreso a alguna institución para personas de edad avanzada e incluso la muerte.
La tasa de envejecimiento a nivel mundial está a tope, por lo que la prevalencia de la sarcopenia incrementa la urgente necesidad de establecer estrategias efectivas para prevenir y tratar esta enfermedad tan común. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades ya consideran la sarcopenia como una enfermedad independiente.
La sarcopenia también causa resistencia y otras enfermedades
El músculo esquelético es el tejido más abundante en su cuerpo, ya que representa del 40 % al 55 % de su masa corporal, y una de sus funciones principales es absorber y eliminar la glucosa dependiente de insulina de su cuerpo. El músculo también es el tejido que se encarga de absorber la glucosa dependiente de la insulina, así como casi toda la energía de la grasa. Después de comer, alrededor del 80 % de la glucosa termina en el músculo esquelético.
Se cree que la pérdida de masa muscular que se relaciona con la edad, es la causa principal de la resistencia a la insulina en personas de edad avanzada. Repito, esto se debe a que el músculo es el tejido que se encarga de absorber la glucosa que transporta la insulina.
Pero eso no es todo. Dado que el músculo constituye casi la mitad de los tejidos de su cuerpo, una vez que se queda sin azúcar en forma de glucógeno, utiliza la grasa como energía, sobre todo si tiene flexibilidad metabólica. Por lo tanto, el músculo también es el tejido que más grasa absorbe para utilizarla como energía. Pero el deterioro de la fuerza muscular y la movilidad que se relacionan con la edad también tiende a reducir el nivel de actividad física, lo que daña la función del metabolismo.
Aunque este efecto no recibe la atención que merece, es importante mencionar que la sarcopenia también deteriora la resiliencia de las personas, lo que significa que disminuye la capacidad de recuperarse de las adversidades cotidianas. Lo que es un hecho, es que las personas de edad avanzada que tienen poca masa muscular tardan más en recuperarse de cualquier afección, tienen mayores tasas de complicaciones e infecciones después de una cirugía, experimentan una mayor toxicidad a los medicamentos y tienen mayor riesgo mortalidad por enfermedades específicas y por cualquier causa.
Los músculos también influyen en la función inmunológica
Ahora se sabe que el músculo es un órgano que tiene propiedades que regulan el sistema inmunológico. Como tal, las células del músculo esquelético modulan la función inmunológica al mandar señales a través de diferentes factores solubles, moléculas de la superficie celular o interacciones de célula a célula. También se piensa que la sarcopenia incrementa el riesgo de inmuno senescencia, que es el deterioro gradual del sistema inmunológico y una de las principales causas de muerte entre las personas de edad avanzada.
Mi estrategia para combatir la sarcopenia
Entonces ¿Qué podemos hacer para frenar este deterioro progresivo de la masa muscular que marca el inicio de la fragilidad y la catástrofe metabólica? Claro que el ejercicio es fundamental. Pero aquí le presento un dato poco conocido: a pesar de que se ha demostrado que el entrenamiento de resistencia produce grandes beneficios, menos del 10 % de las personas menores de 75 años realizan ejercicios para fortalecer los músculos.
Creo que una de las razones principales de esta situación es que más de la mitad de las personas que hacen ejercicio practican un entrenamiento de resistencia convencional y terminan lesionándose. Otra razón es que el entrenamiento de fuerza convencional es mucho menos efectivo para las personas de edad avanzada.
El término microcirculación se utiliza para describir el flujo de sangre a través de los capilares. La función principal de la microcirculación es administrar oxígeno y nutrientes a los tejidos mientras se eliminan el CO2, los desechos metabólicos y las toxinas. Los investigadores creen que esto se relaciona con un deterioro en la microcirculación de las fibras musculares tipo II y sus células madre.
Los estudios demuestran que, a diferencia de los hombres jóvenes, las células madre de la fibra muscular tipo II de los hombres de edad avanzada se encuentran a una mayor distancia de su capilar más cercano. Hay un gran número de factores de crecimiento circulantes que regulan la función de las células madre y, la entrega de estas señales para activar las células madre de los músculos y promover el crecimiento muscular, depende de qué tan cerca estén de los capilares.
Una vez que su microcirculación se deteriora con la edad, las fibras musculares tipo II y sus células madre no podrán recibir suficientes nutrientes y oxígeno. Por suerte, hay una solución a este problema.
El tratamiento de la sarcopenia se basa fundamentalmente en el ejercicio físico y una dieta sana, alta en alimentos vivos, abundantes vegetales, frutas y verduras. Con una adecuada ingesta de calorías y proteínas de buena calidad, ya seas vegetariano, vegano u omnívoro, es importante considerar la suplementación con proteínas de rápida absorción que no afecten el funcionamiento de los órganos primarios como el hígado, páncreas, riñones y no cause un desgaste de energía en su asimilación.

Por eso hemos creado, RAW PROBIOTIC PROTEIN es una proteína vegetal de la más alta calidad, que ayuda a las células y tejidos de nuestro cuerpo que requieren proteína para regenerarse y mantener al organismo fuerte y saludable.
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